El dermatólogo es el especialista que mejor puede valorar el prurito, cuya causa puede residir en la piel o deberse a enfermedades sistémicas o ingesta de fármacos. En ocasiones solo requiere medidas higiénicas adecuadas pero otras veces precisa de estudios analíticos y radiológicos para su completa valoración.
La urticaria es una enfermedad que consiste en la aparición de habones o ronchas, de naturaleza fugaz, acompañadas de prurito, y a veces con angioedema (edema de labios, párpados y otras áreas).
La urticaria puede ser física (desencadenada por diversos estímulos físicos), o tratarse de una urticaria espontánea, ya sea aguda o crónica, siendo ésta la más rebelde, y puede deberse a diversas causas (infecciones, medicamentos, alimentos, factores psicógenos, etc) que el dermatólogo estudia con detenimiento, aunque a veces el diagnóstico etiológico es difícil.
Por otro lado, existe un grupo de enfermedades o dermatosis urticariformes que pueden simular una urticaria y que solo el dermatólogo está capacitado para valorar y por tanto, tratar adecuadamente.
El tratamiento se realiza con antihistamínicos, aunque en ocasiones requiere tratamientos con esteroides, inmunosupresores o tratamientos biológicos, que han supuesto una novedad terapéutica y de extrema eficacia.